«Una biblioteca centenaria a puro pulmón»

Hugo nos cuenta la historia de Perla Dubovitzky, que en septiembre cumple 81 años y nos lleva a su pasión actual: la Biblioteca Popular de Posadas, en la provincia de Misiones.

Por Hugo Schamber*

 

Muy reconocida en los ámbitos educativos sociales y culturales de la provincia de Misiones, Perla Dubovitzky tiene más de 45 años de permanencia en la Biblioteca Popular de Posadas, fundada en 1913. Con gestos suaves, Perla cuenta que “muchos creen por el apellido que soy misionera oriunda de algunos de los pueblos fundados por los inmigrantes en el interior. Dubovitzky, y el Goldesteín de mi madre -los dos de origen judío-, corresponden a los inmigrantes que vinieron de Rusia allá por 1905”, dice. Y agrega: “En mis épocas de estudiante primaria y secundaria, en un barrio de la ciudad de Santa Fe donde vivía con mis padres, la Biblioteca Mariano Moreno era nuestra fuente de sabiduría, estaba a la vuelta de mi casa. Íbamos y veníamos sin necesidad de la compañía de los adultos”.

Perla, que en septiembre cumple 81 años, se queda en silencio, una sonrisa se dibuja en su rostro. “Me sumé al movimiento estudiantil que se conoció como ‘la libre y la laica’. Participé en manifestaciones, toma de facultades y escuelas, asambleas. Fue una de mis intervenciones más activas en las luchas políticas universitarias. Pertenezco a la generación de estudiantes santafesinos pre-túnel subfluvial. Viajábamos en lancha a cursar a la subsede que tenía la Universidad Nacional del Litoral en la ciudad de Paraná. En 1963 me recibí de profesora de Pedagogía. Allí conocí a quien fue mi marido, que estudiaba Ingeniería Química en Santa Fe, donde nació Gisela, una de nuestros tres hijos. Ya recibido de ingeniero, con un contrato de la empresa italiana AGIP, en 1969 nos mudamos a Buenos Aires. Después la empresa abrió una distribuidora de gas en Misiones, donde mi marido tenía parientes. Así fue que Roberto volvió a su terruño, y yo, comencé a construir mi lugar en la provincia. Fue en 1975”.

Perla Dubovitkzky, la actual directora de la Biblioteca Popular de Posadas, recuerda y sonríe: “Macedonio Fernández, Horacio Quiroga y Eduardo Holmberg, entre otros, pasaron por aquí. Descubrir la historia de Misiones, posiblemente por su ubicación geográfica de frontera, es como abrir un libro, por la presencia de personajes exóticos, desde aventureros y científicos hasta religiosos, y tantos otros que dejaron testimonio de su paso por la provincia de tierra colorada”.

Tiempo después, Perla se incorporó al Consejo de Educación de la Provincia en el Departamento Psicología y desde ahí se vinculó a un programa de Expansión y Mejoramiento de la Educación Rural. Terminado este plan, pasó al Sistema Provincial de Teleducación y Desarrollo (Sipted). Y en 1985 ingresó como docente a la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones, donde se jubiló.

“Soy una persona agradecida con las posibilidades que me ha dado esta provincia para criar a mis tres hijos, tener amigos y desarrollarme profesionalmente. Creo que encontré mi lugar en el mundo”, dice.

Perla nos lleva a su pasión actual: la Biblioteca Popular. “Cuando me jubilé como docente en el año 2002 comencé a pensar qué hacer. Siempre me gustó la lectura y valoré el acercamiento de los niños a la lectura. Sin las obligaciones horarias, aproveché el tiempo libre porque me sentía vital y pensé que debía transitar mi vejez creativamente, sin dejar de estar siempre atenta y colaborativa con mis hijos y nietos”.

“No llegué a la angustia existencial de la vejez”, dice. “Cuando me jubilé, se comenzó a difundir en la provincia un proyecto que proponía a los abuelos y abuelas que se incorporaran como voluntarios en las escuelas primarias para contarles cuentos a los niños. Yo elegí una escuela cercana a mi casa y una vez por semana comencé mi tarea de leer cuentos en los distintos grados primarios. Con esta nueva actividad, y como si el destino me estuviera llamando, fui a la Biblioteca para buscar literatura infantil. En las horas que pasé buscando y leyendo me encantó la paz del lugar. Conversaba con las bibliotecarias, chicas jóvenes con empuje, y su entusiasmo fue contagioso: me llevó a participar del Taller de Lectura para Adultos que se dictaba en ese momento en la Biblioteca. Me asocié y luego me invitaron a participar de la Comisión Directiva. En el 2010 asumí la presidencia. Ya llevo más de diez años. En 2020 terminaré mi último período”.

Para Perla, los objetivos principales que se plantearon desde el comienzo, y aún sostienen, se vinculan con visibilizar la Biblioteca, incorporar nuevas actividades para ampliar el público y transformarlos en socios y usuarios. Organizan actividades, como el cine club, conciertos, charlas y espectáculos.

Estamos en pleno centro de Posadas. Como si dibujara el futuro, Perla dice: “Nos faltaría modernizar la fachada del edificio, hasta pondría en el frente un cartel de neón bien grande con la frase Biblioteca Popular de Posadas, 1913-Infinito.

 

Hugo Schamber

Nací donde el agua potable escaseaba y la sequedad sobraba. Donde el sol pocos días se esconde y la tierra abrasa la piel. Quitilipi, Chaco, a más de 1,100 kilómetros  de la Capital Federal. Nombre aborigen de ese pueblo perdido entre los resisteros del viento norte, la quimera del oro blanco y los duros quebrachales, donde el ruido de los truenos lejanos y el olor de la tierra mojada, llegaba como un sueño a través de las ventanas de las casas.

Desde 2012 estoy jubilado. Apacible como mi madre; andariego como mi padre -tal vez sea la herencia de los alemanes del Volga- o una virtud de mi signo, Géminis, que me dotó de curiosidad y de un corazón inquieto, enamoradizo de la inteligencia. Amo lo lúcido y la comunicación. Prefiero a las personas divertidas. Y ahora vivo, sin tiempos, en Buenos Aires.